Preparando Lozen, El Camino del Cuenco...
Izu, renunció a las riquezas del mundo decidido a encontrarse a sí mismo, se instaló con un cuenco, una cuchara y una vieja túnica en las montañas de la cordillera del Himalaya .
Allí, en una árida explanada, cerraba los ojos escuchando los cantos de los pájaros, el sonido de los vientos y el ruido de las aguas de una cascada cercana. Así pasó meses, incluso años. En silencio escuchaba y meditaba las palabras invisibles de los elementos.
Un día, Izu, habiendo alcanzado un alto grado de concentración y llegando a la integración con todos los sonidos que la rodeaban, sintió que su corazón crecía en lo más profundo de su plexo solar. Sentía una presión que le era agradable pero dolorosa al mismo tiempo, tanto que, no pudiendo resistirlo, abrió la boca para gritar, mas su garganta no emitió ningún sonido. La presión seguía creciendo y cuando el dolor era casi insoportable vio ante sí un gran dragón amarillo que emergía de la tierra. Izu, paralizado por el miedo no se movió. El dragón lanzó fuego sobre el cuenco que Izu usaba para beber y comer, llenándolo de un fluido dorado... el dragón le dijo a Izu: "Tú eres la persona que mejor ha sabido guardar en su interior los sonidos de la vida y la muerte, del odio y el amor, de la oscuridad y la luz. Por ello, en nombre de los dioses, te hago entrega de este objeto capaz de transmitir las sensaciones más increíbles, capaz de estremecer tu alma y también tu corazón ". UN CUENCO...
Cuencos cocidos en horno tongkama, con Kim Daewoong en Coledobang Experience...
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