muestra II piezas...
La libertad de Dafne...
"...Dafne (en griego Δάφνη, ≪laurel≫) era una dríade (ninfa de los arboles), hija del dios río Peneo. Apolo, poderoso mas no siempre afortunado en sus amores, se enamoró de ella pero Dafne lo rechazó. La violenta pasión de Apolo y la resistencia de Dafne se debía a que Eros , irritado por las bromas de Apolo, le disparó a él una flecha de oro para que se enamorase de ella, mientras que a Dafne le dirigió una de plomo para que le rechazase. Apolo persiguió a Dafne con todo tipo de súplicas amorosas, todas las cuales rechaza hasta llegar a orillas del río Peneo. Aquí justo en el momento en que va a darle alcance, ella pide ayuda a su padre, el dios del río... Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo. Apolo también así la ama y apoyada su diestra en el tronco, todavía siente que su corazón palpita bajo la corteza nueva y, estrechando con sus manos las ramas que reemplazan a sus miembros, da besos a la madera; sin embargo, la madera rehúsa sus besos. Y el dios le dijo: “Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol... ¡Oh, laurel!..."
Ovidio.Mitologia Griega
La libertad de Dafne...
"...Dafne (en griego Δάφνη, ≪laurel≫) era una dríade (ninfa de los arboles), hija del dios río Peneo. Apolo, poderoso mas no siempre afortunado en sus amores, se enamoró de ella pero Dafne lo rechazó. La violenta pasión de Apolo y la resistencia de Dafne se debía a que Eros , irritado por las bromas de Apolo, le disparó a él una flecha de oro para que se enamorase de ella, mientras que a Dafne le dirigió una de plomo para que le rechazase. Apolo persiguió a Dafne con todo tipo de súplicas amorosas, todas las cuales rechaza hasta llegar a orillas del río Peneo. Aquí justo en el momento en que va a darle alcance, ella pide ayuda a su padre, el dios del río... Apenas terminada la súplica, una pesada torpeza se apodera de sus miembros, sus delicados senos se ciñen con una tierna corteza, sus cabellos se alargan y se transforman en follaje y sus brazos en ramas; los pies, antes tan rápidos, se adhieren al suelo con raíces hondas y su rostro es rematado por la copa; solamente permanece en ella el brillo. Apolo también así la ama y apoyada su diestra en el tronco, todavía siente que su corazón palpita bajo la corteza nueva y, estrechando con sus manos las ramas que reemplazan a sus miembros, da besos a la madera; sin embargo, la madera rehúsa sus besos. Y el dios le dijo: “Ya que no puedes ser mi esposa, serás en verdad mi árbol... ¡Oh, laurel!..."
Ovidio.Mitologia Griega
No hay comentarios:
Publicar un comentario